http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/el-colegio-antioqueno-que-sono-con-la-gestion-agropecuaria/14397135
1:19 a.m. | 18 de agosto de 2014

Foto: Archivo particular
En la institución educativa rural Valentina Figueroa, de la vereda Pavón de Urrao (suroesteantioqueños), les da dinero a los estudiantes cuando se gradúan.
Los egresados de la Institución Educativa Rural Valentina Figueroa, de la vereda Pavón, en Urrao (Suroeste), son los únicos del país que reciben dinero cuando se gradúan.
En los últimos tres años el colegio ha distribuido entre 60 bachilleres más de 18 millones de pesos, producto de la producción cafetera y de otros programas agropecuarios. Algunos aprovechan ese recurso para continuar estudios y otros lo invierten en algún proyecto.
“Los 243 estudiantes tienen una cuenta de ahorros (en el 2008 eran 142) que está a nombre de dos padres de familia. Para hacer un retiro es necesaria la firma de ambos y del rector. Un comité lleva la contabilidad de las consignaciones que realiza cada grupo”, afirmó Jorge Alirio Echeverri, rector de la institución.
La deserción es casi nula, en parte porque el Manual de Convivencia establece que quien se cambia de colegio o deserta deja sus ahorros al grupo, pero si es repitente se le trasladan. Los aportes de los grupos de primaria se destinan para su fiesta de fin de año.
Con los fondos de la secundaria financian algunos programas institucionales –como el de jardinería, el cultivo de hortalizas y las gallinas productoras–, con intereses del uno por ciento. Quienes apenas están en sexto tendrán más fondos al salir, pues recibirán lo ahorrado en seis años.
Ahora tienen listo otro sueño: una marca propia de café, ‘Aroma y sabor’, que será presentada el próximo mes. En un lote de 25.000 metros, cedido en comodato por la Junta de Acción Comunal hace cuatro años, tienen 2.600 árboles de la variedad Castillo Rosario, y esperan llegar a 5.000 al final del año.
“Entre toda la comunidad se germinó la semilla, se preparó la tierra y se sembró, con orientación del Comité de Cafeteros. Beneficiamos el grano acá y en Caldas lo tuestan y empacan. Lo vendemos a 14.000 pesos la libra”, agregó Echeverri, quien recuerda que cuando llegó al colegio no tenían un solo palo de café.
Para Sara Marcela Berrío, la contralora estudiantil, otro proceso de impacto es el de las ‘gallinas productoras’. Tienen cerca de cien y venden los huevos en la comunidad, en la zona urbana y a los mismos ‘profes’, entre los que está un licenciado en educación rural, que es el que asesora el proceso.
“Llevo varios años en esta actividad. Mi familia también tiene gallinas y lo que aprendo en el colegio lo aplico en casa. Recogemos los huevos en la mañana y en la tarde”, agregó Berrío, que vive en la vereda San José, a 15 minutos del colegio.
Hace tres años, a punta de pico y pala, unos estudiantes abrieron espacio entre la tierra para adecuar dos lagos. Hoy, algunos de ellos ya no están en la institución, pero sus sucesores cultivan y comercializan tilapia roja.
También tienen un banco de proteínas, ganado vacuno, vacas, cabras, pollos de engorde y tomate larga vida ‘torrano’, en invernadero. En total tienen 25 programas educativos vinculados al campo. Como si fuera poco, se embarcaron en un proyecto de periódico estudiantil, que ya lleva dos ediciones.
Este modelo pedagógico desarrollista, de aprendizajes significativos, fue reconocido el año pasado por la Gobernación en los premios ‘Antioquia la más educada’, en la categoría ‘Mejor colegio oficial’. Recibieron 67 millones de pesos. Con parte de esos recursos financiaron un libro en el que narran sus experiencias.
De igual forma fueron finalista del premio Compartir a la Gestión Directiva. La mayoría de los egresados trabajan en el sector agropecuario. Se quedaron en el campo cumpliendo sus sueños.
OSCAR ANDRÉS SÁNCHEZ A.
MEDELLÍN
MEDELLÍN
Interesante, una buena alternativa para el desempleo, el sentido de pertenencia con el campo, la utilización del tiempo libre y el ahorro.
ResponderEliminar