SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Y EDUCACION
LOS PARADIGMAS Y RIESGOS DE LA
SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Cuando los seres humanos comienzan a utilizar el
lenguaje, se pudo acumular en la memoria el conocimiento social adquirido y así
preservarlo y transmitirlo a las nuevas generaciones. Esto permitió que muchos
saberes aprendidos no se olviden y puedan ser enriquecidos o mejorados por la
acción de otras personas. Así fue posible mejorar la calidad de vida y el ritmo
de evolución tecnológica.
Antes del lenguaje, la enseñanza y aprendizaje se
adquiría como fruto de las actividades cotidianas de la vida diaria mediante la
observación y la repetición de los actos de los adultos, muchas veces en forma
de juego, que era la manera natural de socialización. Con el lenguaje la
enseñanza y el aprendizaje comenzaron a descontextualizarse o disociarse de las
actividades de la vida diaria cambiando las formas mentales de procesar la
información recibida.
La
información, la comunicación, la educación y el conocimiento son esenciales
para la iniciativa, el progreso y el bienestar de las sociedades. A su vez, las
tecnologías de la información y la comunicación (TIC) que potencian esos cuatro
conceptos, tienen inmensas repercusiones en prácticamente todas las dimensiones
de nuestras vidas.
La
capacidad de las tecnologías digitales para superar o, en todo caso, reducir
las consecuencias de muchos obstáculos tradicionales, especialmente los que
suponen el tiempo y la distancia, ha propiciado que, por primera vez en la
historia, el vasto potencial de estas tecnologías sea utilizado por millones de
personas en todo el mundo y en beneficio de ellas.
En
la Declaración de Principios de la Cumbre Mundial sobre la
Sociedad de la Información (2003
y 2005) se señalaba que “debe promoverse el empleo de las TIC a todos los
niveles en la educación, la formación y el perfeccionamiento de los recursos
humanos…
Los
creadores, los editores y los productores, así como los profesores,
instructores, archivistas, bibliotecarios y alumnos deberían desempeñar una
función activa en la promoción de la sociedad de la información…
Medidas
especiales como la formación continua y de adultos, la capacitación en otras
disciplinas y el aprendizaje continuo, son claves a la hora de beneficiarse de
las nuevas posibilidades ofrecidas por las TIC para los empleos tradicionales,
las profesiones liberales y las nuevas profesiones. En efecto, nos encontramos en
la sociedad de la información, en la sociedad red, en la sociedad del
aprendizaje, en la sociedad del conocimiento.
Bien
sabemos que a través de la información surge el conocimiento, una vez que
aquella ha dado significado a los datos, con el apoyo inexcusable de la
educación, de las experiencias previas y de los valores asumidos.
Cierto
que el conocimiento se produce por una confluencia, entre otros, de dos
factores sustanciales, la indicada información (búsqueda, procesamiento,
almacenamiento…) y la comunicación (distribución e intercambio de
información). Y esos procesos se activan de forma sistemática a través de la
educación para lo que entendemos que se hace preciso el uso adecuado de los
recursos, herramientas, aplicaciones, redes y entornos tecnológicos que
configuran elementos esenciales de esta sociedad….
El
hombre sigue siempre una manera de realizar con éxito las diversas prácticas
sociales. Para vivir necesita producir y esto le implica una relación con la
naturaleza por medio del trabajo para la obtención de productos necesarios,
gestión, que al margen del nivel de desarrollo, aconseja seguir un método, no
importando el grado de perfección.
Lo que cuenta es que
mediante ese modo de hacer las cosas el hombre se provee de aquello que le
sirve para su existencia. Siendo de esta manera como se apropia de la
naturaleza, asimilándola en una doble perspectiva: en lo material, por medio de
sus productos, transformándola o adecuándola a sus necesidades, y en lo teórico
haciendo parte de su mundo intelectivo mediante la aprehensión de las
cualidades o atributos que esta le brinda.
El conocimiento y el pensamiento fueron más fiables
y sistematizados. Ahora, la posibilidad de acumular el conocimiento, de
transferirlo a otras personas presentes y no presentes, del mismo tiempo o de
la posteridad y de asociarlo a un objeto el
hombre pudo consolidar a la escritura
como elemento de poder político,
económico, social y cultural y por ende el mecanismo principal para llegar al
conocimiento.
Un ejemplo típico, de conocimiento y de la
aplicación del lenguaje, no sólo como instrumento educativo, y como medio de
persuasión, es el de las tradiciones religiosas; las religiones sin libro
tendieron a desaparecer y las que
tuvieron libros acrecentaron su influencia más allá de las fronteras de origen.
La letra da cierta credibilidad a ideas y pensamientos que el habla sola no
producía porque la producción de argumentos y la legitimidad alcanzada no se
podían discutir con el autor; esa era la verdad y no se discutía.
Con la alfabetización aparecen las escuelas hace
unos 4.500 años en la Mesopotamia asiática, Egipto y China. Su objetivo era
enseñar la escritura cuneiforme a la clase privilegiada y los trabajadores de
la escritura, los escribas.
La escritura fue utilizada por los grupos poderosos
como un instrumento más de control social. Los manuscritos eran guardados en
bibliotecas o estaban en poder de “especialistas” o “estacionarios” que los
prestaban o alquilaban pero como su costo de copiado era muy alto, para acceder
a ellos debía presentarse una garantía de valor, y no todas las personas podían
hacerlo y a la plebe le resultaba imposible.
Al igual que todas las transformaciones ligadas a procesos sociales,
económicos y políticos el acercamiento del mundo contemporáneo hacia la
Sociedad del Conocimiento (SC) requiere de una visión objetiva que permita
dimensionar las grandes posibilidades y los riesgos a los que nos enfrentamos
al intentar incluirnos en ella.
La brecha digital se entiende como aquella diferencia entre
quienes tienen acceso efectivo a Internet (conexiones estables + conocimiento)
y quienes no lo tienen, generalmente asociada a las diferencias socioeconómicas
y de formación. Considerando que uno de los pilares de la sociedad del
conocimiento son las nuevas tecnologías el primer factor que afecta la
diferencia entre unos y otros es la ampliación del uso de TICs en procesos
cotidianos.
La fórmula es simple: El mecanismo de ampliación de la SC es la
masificación de las tecnologías encargadas de optimizar todos los procesos de
producción. Quienes hoy tienen acceso y formación para el uso de esas
tecnologías mañana podrán especializarse aún más en un campo; sin embargo,
quienes hoy no tienen la misma capacidad mañana quedarán un paso atrás.
Aumentar la brecha de conocimiento acarrea serias consecuencias sociales
y económicas. Si bien en las bolsas de valores podrán dispararse los
mercados de conocimiento, también se aumentarán las cifras de desempleo y de
analfabetismo digital.
El primer paso hacia la SC es justamente la producción continua de
conocimiento posible gracias a la formación de la población en todos sus
niveles. Para ello es necesario que dos frentes se pongan de acuerdo y
trabajen de forma conjunta. Por una parte es necesario un cambio en las
políticas educativas y de formación, y por el otro, que las instituciones
académicas reorienten sus cátedras hacia las nuevas lógicas de producción y
apropiación del saber.
La Sociedad del Conocimiento se constituye como una intrincada red que
requiere un impulso desde el Estado, a través de sus políticas, para orientar a
todos los sectores públicos y privados hacia la consolidación del país como
activo del conocimiento.
En primera instancia es necesario que esas políticas propendan por el
mejoramiento continuo de la educación, el acceso masivo a ella y el surgimiento
de nuevos programas y plataformas orientados hacia las necesidades de la SC,
entendiendo que ésta no sólo comprende los temas industriales y de desarrollos
tecnológicos sino también la investigación en ciencias básicas, sociales y
humanas, que permitan comprender el por qué de las transformaciones del mundo
actual.
En igual media, es necesario que los centros de formación,
principalmente las universidades, se sigan acercando a los escenarios que abren
las TIC, generando plataformas digitales para sus cátedras, abriendo más
programas virtuales y cursos especializados en el uso de herramientas digitales
y tecnológicas específicas de los sectores productivos. De no darse este
paso, será improbable que la sociedad se oriente hacia el conocimiento.
Derivado de las lógicas de producción y el nivel de especialización que
requieren los empleados de la sociedad del conocimiento, es cada vez más
frecuente una lectura de inestabilidad en el mercado laboral, acentuada por las
formas de trabajo free-lance y la contratación de consultorías especializadas
para resolver problemas específicos en las organizaciones.
Las empresas confían sus procesos a tecnologías diseñadas
específicamente para cumplir con las tareas requeridas. El margen de
confiabilidad de las máquinas alcanza casi el 100% y el trabajo desarrollado
por varios operarios ahora es ejecutado sin falta por ellas. El mercado
sigue requiriendo personal pero su característica esencial es que cuente con la
formación necesaria para administrar procesos sistematizados.
En esa medida, en la última década se ha popularizado el trabajo
free-lance, el medio tiempo y el home-work, que en simultánea abre
oportunidades para los más calificados pero a la vez transforma las lógicas de
contratación y pone en vilo la estabilidad del sistema laboral, reduciendo los
cargos para personal operativo.
A modo de resumen podemos decir que el mayor riesgo de la orientación
hacia la Sociedad del Conocimiento es no contar con la preparación académica,
política y económica, y terminar ahogándonos en el capitalismo del
conocimiento.
Autora: Yameris Solano
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